Todo me alejó de ti, tú conducías y me mirabas, un
poco con burla y con un interés que jamás entendí de dónde nacía, pero al final
todo me alejó de ti, para entonces yo estaba mudando de piel, dormía como
duermen las deidades que están a punto de sucumbir a la mutación, y morir en
esa primer forma física, dormía con lirios amarillos y vainas de flores
moradas, la vida se convertía en suspiros entrecortados, no conocía otra forma
de materializarme.
Me alejó de ti tu naturaleza escultórica de
Bernini, cada paso tuyo estaba santificado y coronado con la certeza de los
vencedores, un triunfo de Heracles, irresistible.
Todo me hacía desvanecerme. El primer rocío de la
mañana y el cielo de la tarde, las atmósferas tibias y el calor abrazador.
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