¡Qué frío!, bueno no, ¡qué calor!, bueno ambos, mis dedos gordos de los pies se sienten fríos pero el cabello suelto me hace sentir calor…
¡Y
qué tedio, también!, lunes de tedio, a puntito de cerrar el año y todos corriendo
en lo laboral y en lo personal, ya empiezan a hablar de las compras de fin de
año y de los objetivos que tenían que cumplir, y quién sabe si lo
hagan, realmente no me causan tedio los temas por sí mismos, pero me faltó como
una hora de sueño y mi atención y paciencia son muy chiquitas.
En
la reunión con todo el equipo de logística, me cuesta tantísimo trabajo seguir
el hilo, pero no estoy muy segura de que todo sea mi culpa, creo
que también tiene que ver que más que un hilo, estamos viendo una maraña con una
voz nasal y plana de sermón, y bueno, mi cerebro estructura la reunión como un
puñado de hashtags #mercancía #CadenaDeSuministro
#traslado #PuertoDeRecepción, y aún peor, los más genéricos; y todavía me
faltan seis horas para salir, perdón, tres horas, si un litro de agua tibia
y un espresso cortado no hacen magia, me voy a poner a llorar, aquí mismo.
Me
siento muy triste, creo que es porque hoy está nublado, ¿o estoy cansada?, más
bien, es eso, no estoy realmente triste, estoy cansada y el cansancio me pone
triste y mejor pongo atención porque me van a preguntar mis comentarios y no me
he inventado nada.
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