miércoles, 28 de octubre de 2015

Calle Orquídeas


Lo que la imagen no pudo mostrar: la fruta de la calle Orquídeas, la casa bajita, fucsia y magenta, la anciana dueña del poema, sin saber.
Las piñas, esmeraldas las hojas, oro cada abanico, el perfume de la juventud y la tentación.
Las sandías, la exuberancia de pigmentos, los sentimientos derramados, la frescura.
Los plátanos, niñas de vestidos blancos. Banano, labios rojos de mujer bella entre líneas.
Limas, el respiro, la soledad, nerolí que equilibra, color que alegra.
Melón, oasis perfumado, verano hecho fruta, la tarde en ti se funde.
La lengua florece con el beso, la lengua que reinventa los colores por el sabor, la piel que se eriza por el perfume.
Si fueras serías azul, lapislázuli –suspira- .
Si fueras serías la lágrima.

Si fueras yo dejaría de ser.

domingo, 25 de octubre de 2015

En voz alta

Lloran el malinchismo queriendo y también sin querer, porque les hierve en la sangre y no en vano  se aventuran a expulsarlo del todo, los que lo hacen.
Unos ojos verdes no me sirven si al final ella no piensa, unos ojos verdes, una belleza fea, al final más bien falta de ésta… no sirven si olvida que los ojos no retienen ideas. Se detiene la vida en sus ojos. Verdes. Qué chingados importa si tienen hambre o ambre, qué si la injusticia, la desigualdad, la falta de acentos, qué si la cenicienta siempre va a convertirse en princesa. Matronas, levántense y que las muchachas, todas, lo entiendan, el prostíbulo, castillo de marfil.
Se detiene la vida en los ojos verdes, labios rojos, maquillaje cargado, eso es lo único que vale al final, el vestido caro, el cabello con los polvos de oro: toda una matrona romana. La puta es la misma. Esa la de ayer, la de hoy, la de mañana, todas una, todas recordadas y cada una con sus sabores característicos.
Ojos verdes, fondo aguamarina, no terminas de ser, nos consumes. Tres colores no te bastarán nunca, antaño ofrecimos sangre de corazones vírgenes, hoy ideas. Estás en las mentes en la manera incorrecta: belleza y fortuna, tu piel grita Europa, la de ellas… la de ellas. Piel prieta de vainilla mexicana, ojos negros de barro, dientes blancos, perlas del Golfo. Entrepierna: mar, noche estrellada, descontinuación de España, comunión mexicana y europea, arena húmeda, salada, mujer de ideas y de sentires, reprime el gemido.
Ojos verdes, Malinche que renace y somete no por fuerte, por idiota. Falta de liderazgo. Fruta hermosa, melocotón prohibido, cuento hasta tres y nos suspendemos, nada pesa, todo pasa, todo pasa si miro tus ojos verdes.
La culpa es del ayer, del hoy y de mañana. No. es la suma del hoy: quiero tenerte, te odio te odio porque no te tengo y porque te quiero poseer. Sol, piel ennegrecida con la Martiniana, el oro en el campo, mar de esmeraldas, noche de secretos a voces. Te quiero, miento.
Sol que naces de la controversia, escóndete, regrésanos la unidad, la luna, el frío que apacigüe el hambre de ciencia, de teología, de literatura, esta noche: vino, higos, queso, Paz: colores hirientes por brillantes, máscaras, pirotecnia porque si no recuerdo y si recuerdo empiezo a ser y ser me aterra porque existe esa posibilidad de encontrarme.
Es tarde para redimirse. Niña, si esta noche descubro que esa eres tú, espero que entiendas que eres parte del enemigo. Niña, puta, estrella, así que termine, con la consciencia en la cabeza fría de macho, andrógina: unidad, fumando, con tequila y pantalones, porque si tuviera que correr…
Se detiene la vida en sus ojos. Verdes.
En la chingada, compartiremos mesa con la patria, con la identidad y con el diablo.
Una ronda más, por esos ojos verdes, se detiene la vida y me arde el pecho, me hace bum y sale.

Una ronda más, por esos ojos verdes, se detiene la vida, se detiene duele. 

viernes, 23 de octubre de 2015

En voz baja



El silencio en medio del silencio
El silencio refinado
El silencio cristalizado
El efecto del silencio
El efecto alucinógeno del silencio
Te desfasas
Te desdoblas
Te oyes y te ves afuera
Dejas la caja, el cuerpo

El color del silencio
El olor del silencio
La magnitud del silencio
La duración del silencio

El hundimiento en el magenta y el esmeralda, en silencio
La humedad que asfixia, en silencio
Emerger poco a poco, se solidifica el silencio
Falta poco para salir de ti misma, hacer ruido, poder conocer tu voz
Tu voz: que no conoces

La sensación del silencio, su textura
La cantidad del silencio
La temperatura del silencio
El contexto del silencio

En el campo dorado
En el aire de yerbas y semillas
En las flores fucsia, blancas, amarillas.
Cardo doloroso
Aire envenenado
Palabra fragmentada en la garganta
Cenit azul y despejado
Es el embrujo de Octubre.

El silencio vira de verde a cobre
El silencio, dolor del cuerpo
El silencio en el estado más puro
Materia prima de la locura, de la angustia
Antídoto de la intranquilidad
Carta a ti misma
Espejo que te refleja, hoy, mañana, cada día.

La caligrafía del silencio
El pensamiento del silencio
La postura nihilista del silencio
Las notas del silencio
El ostracismo, amante del silencio.

La vida pasa lentamente, por encima de la gente: los árboles, los búhos, los vapores
El silencio se hincha y nos absorbe, nos retiene
Puedes salir de él o dejarte llevar por la sensación de no existir. Sí, en silencio.

Que venga la muerte con su indumentaria folclorista haciendo ruido

Chocolate, naranja dulce y canela, cirios, cempasúchil, terciopelo rojo, piña fermentada, azúcar morena.

Que venga la muerte sin ser visible, sin sabores, sin colores, sin ruidos, que te abrace, que se apiade, en silencio.