domingo, 30 de julio de 2017

DOMINGO

Para leer con My Boy de Billie Eilish


Le muerde a la manzana cubierta con ese caramelo rojo que deja ver la carne de la fruta, me gusta ver cómo se come la manzana, me encanta, aunque sólo piense en darle un beso y el momento se vuelva insoportable.

El sol me molesta porque me da de frente, mis ojos, tengo la seguridad, tienen ese color ámbar, de todos modos no puede verme porque está cerca de los geranios comiendo la manzana, dándome la espalda. Las nubes están estáticas en el cielo azul, azul, y todo lo que ocupa mi mente es el sabor del caramelo en mis labios, en los suyos.

Me gusta por demente, ese jersey de punto es una mentira, a pesar de que inspira tranquilidad, desata los peores huracanes en las personas; y a escasos dos metros de mí suena el caramelo rompiéndose en su boca, cierro los ojos y me estremezco a pesar del día tan soleado. Creo... creo que me gustan más las personas que se ensucian la boca al comer la manzana.

La insolencia la trae en la nuca, en ese lunar acariciado por los rayos del sol, qué insoportable estar tan cerca. Podría acercarme y pedirle un beso, podría acercarme y robarlo, pero es tan cómoda esta escena, y tan hermosa…


No pongo atención a lo que dice, veo sus ojos, la manera en la que voltea el cuello, su sonrisa, saboreo su sonrisa a caramelo y manzana, hoy esto es la vida, el sabor del caramelo rojo y la manzana. 





sábado, 15 de julio de 2017

El mismo sábado, pero por la noche


Para leerse con I'm just as bas as you are de Slow Hollows



Primero las anáforas como preludio

Te apuesto mi cara de Leonardo (esta que hoy no tengo, porque traigo el cabello trenzado todavía y sí, parece de Ana o de Michelle, de Mich no porque odio Mich) a que voy a hacer una locura, sí, de esas que les voy a contar a los nietos o a los gatos, porque como dice la mamá de Fer, nunca digas que de esa agua no beberás.

Te apuesto la cara de Leonardo que entre mamá, Sandy y Rubén  se encargan de encerrar, ¡joder!, tengo cara de Leonardo algunas veces, y ya, no sé qué les da miedo, en fin, esta cara la apuesto porque sospecho que el verano trae consigo un montón de nuevos colores, aunque probablemente pase muy poco o no pase nada, siento que quizá no pase nada, aún así quiero, como dicen las personas, “salar” las cosas, o sí, no sé, si es sal del mar que bañó los pies de esa María bonita.


En la vida real, con Fer Franco

Mis dudas y miedos se vieron disueltos casi por obra de magia por la enigmática y hermosa Fer Franco, que hoy al pedir su taxi dio el apellido Hernández, en fin… en ella todo es caótico y perfecto, así, ella tiene las respuestas a esas cuestiones que no estaban siquiera bien planteadas, mis ojos y mi corazón no dejan de asombrarse con la complejidad de esa mujer que habla de Van Gogh, de la psicología conductual de los colores cálidos elegidos para los restaurantes, de tequila, mezcal y vino, la sífilis de van Gogh, el amor, el desamor, la industria farmacéutica y el ámbito clínico, es una de las mujeres que más admiro (sí, tengo una lista en la que figuran mujeres de Amecameca, Tejupilco, Zacatecas, etc.), y por supuesto, una de las que más quiero; y así la pasta, el vino y la pizza nos llevaron de las seis y media de la tarde a las nueve de la noche, también nos devoramos los minutos.

Entre nuestra plática, la cuestión laboral y familiar, por supuesto, se hicieron partícipes, pero seguramente se lee entre líneas que estos temas no eran el postre, pues en efecto, no lo fueron, y también se adivina cuál tema sí lo fue; ¡exacto! La cuestión sentimental, lo que comentaba es lo que a muchos nos pasa y nos perturba, lo que a otros no les apetece y rehúyen y eso que a muchos les aterra. Es más fácil describirlo con colores que con palaras, no quiero herir sensibilidades pero como es mi post y mi blog, realmente no me importa, pues “eso”, hace referencia al rómpete la madre (Porras, 2017), claro, en la cuestión sentimental (específicamente en el amor romántico y no, no soy cursi), después de ponernos al tanto en nuestras vidas, la de ella tan hermosa y llena de… todo y la mía sosa, le hablé de este aburrimiento y apatía que ya he mencionado y que a todos ya nos hartó (sí, a mí también),y de esa rectitud y salud (falsos) que varios se encargan de meter a su vida a fuerza del qué dirán y la moral, etc. las cosas de flojera ínfima con las que volteamos los ojos.

Me encanta porque ella no te dice qué hacer y qué no, te da perspectiva y te quita la banda de los ojos para mostrarte escenarios, todos distintos, tú solo llegas a la respuesta.


¡Pues si quieres decirle, dile mujer!

En la semana, una amiga me platicaba de sus facts amorosos, el chico que me quiere, pero que me gusta una pizca, aunque es “buen muchacho” (como dicen las abuelas y algunas mamás, la mía no porque es maravillosa y me heredó su naturaleza un poquito sínica), y el tipo que me encanta pero es un patán, y la pregunta de la que nos quieren hacer responsables siempre, acaso sospechando que les dirá uno arriésgate (Bernal, 2017), y no, mi comentario, porque no es un consejo, es, aunque suena barato deben hacer lo que quieran, que es lo mismo que, lo que tu corazón quiera, aunque ni es el corazón, pero hay que culpar a algún órgano; ¿pero eso es lo correcto?, ¿eso me hará bien o feliz?, no sé, les respondo, yo cómo podría saberlo, haz lo que quieras y aunque tengas miedo sé valiente de que puede ser algo mirífico o todo lo contrario, no hay garantía de nada, pero es la vida, estás viviendo y siéntete feliz, hay mucha gente amargada, mala y fea, pero yo te quiero mucho y lo que decidas está bien, y te apoyo, si te caes te ayudo. No seas destructiva, confía en ti, sé que eres lista e inteligente; de todos modos, si necesitas abrazos te daré los que quieras.

Los comentarios de Fer siempre son más acertados, su respuesta después de tomar el vino con moras que nos encantó fue: dile; si quieres decirle, pues dile. Pero… (era muy gracioso, no había pero).


Fumé el tercer cigarro del año, subí al taxi, escribí el mensaje, levanté la vista y le di enviar

Decir que no espero nada es mi primer mentira, el amor como lo menciona el odioso de Fromm es no esperar nada, pero es más divertido cuando te dicen “yo también”, de todos modos, no espero nada; ya con haberlo dicho, como Víc siempre me dice, legitimar el sentir, me siento libre.


Mi segunda mentira fue decir que sólo me gustaba muy poquito.

Quiero aclarar (aunque a nadie le importa) que casi estoy segura  estas maripositas nacieron desde hace años, no son de hoy, hoy de buena gana las dejé salir. No es algo que yo haya elegido para este mes o lo que los adultos dicen “esta etapa de mi vida” (¿qué diablos significa eso?), como sea, con la dopamina todo es sutil y bello, las polillas a mí me dan miedo porque son inteligentes y si les soplas para que se vayan te atacan, ¡juro que te atacan!, pero con mi coctel de neurotransmisores nocturno, la polilla ocre que pasa cerca de la lámpara lejos de inspirarme miedo, me parece preciosa. Es sutil y bello, al menos concienciamos que estamos dopados ¿no?

Lo que dije, porque amo el drama, fue: Por cierto, en mi vida, la protagonista soy yo, yo y quien yo decida, así que nada está dicho aún, y ya. Cambio y fuera.


Me encanta la invasión, lo bélico; como me respondió él, lo complicado, me gusta su canción (Lemonade de Great Profile) y él, esta noche no sé nada más que eso. Ah y que es el cumpleaños de papá, ¡feliz cumpleaños papá!


Il. de MOON BACON



Sábado

Para leer con Forever alone de Kakkmaddafakka




No tengo la certeza de que el tercer turno me afecte de esta manera,  mi ansiedad se enfatiza, al igual que mi apatía y aburrimiento por todo y todos, pero no tengo otro pretexto que decirle a mi progenitora en un cumpleaños familiar, además yo no cocino, ni siquiera ayudé a decorar el pastel… pues porque el malestar y así.

Te pones a considerar varias cosas para este malestar corporal, tal vez fue la garañona de ayer, por supuesto que no me tomé el litro por la razón más simple: no me alcanza ese volumen de líquido, y aunque no soy una persona nihilista ni tan trágica, me gustaría desaparecer, otro pretexto es que en Tenango no ha salido el sol y antaño me hacía muy bien pero ahora… pues ayer mi cuerpo empezaba a sentir esa magia de la ya mencionada bebida verde, tal vez así se paga la magia, no sé.

Hay cosas que uno platica con algunas personas porque sí, porque sospechas que las entienden, por ejemplo, en esta semana platiqué con Rubén de la melancolía que me causa pasar por el pueblo de mamá (sí, tal vez tengo mamitis, de hecho todos los años de “buena crianza”, probablemente se fueron al caño desde 2012, cuando empezó “el malestar”), el pueblo en el que pasé prácticamente todas las vacaciones y fines de semana, con Lore, Lety y Dani, las musas que llenaran de inspiración y alegría aquellos días, el corazón se te vuelve pequeño, él por su parte me comentaba que le pasa eso cuando regresa a su pueblo, cada fin de semana, suena muy entrecortado y así fue porque teníamos proceso y no nos podemos seguir de largo con la conversación.  Ayer con Víctor hablábamos de uno de nuestros tópicos favoritos, el amor romántico, me odio por eso, pero con él este tema resulta delicioso (Ale está de viaje, por eso no pudo estar), es curioso el desencanto que se sufre en la edad adulta, todas las ansiedades, miedos, apatías, casi se puede hablar del amor con una timeline: aquí empezamos a platicar, aquí creí que era el amor de mi vida (el número seis porque en la mitad del año ya llevo seis, uno por mes prácticamente), este día lo conocí en persona y, bueno, las cosas no eran como pensaba, y el inminente final, cuando te das cuenta que no puedes, que no te gusta del todo, que estás aburrida, que tienes dudas, que no te pueden romper el corazón ni tienes ganas de romper ninguno, pero esto en un lapso de máximo dos meses.

Antes podía jactarme de que mi corazón era blanco, a pesar de querer tanto a tantas personas en su momento, mi corazón pasa limpio a la siguiente relación, sin embargo creo que se me fue la mano con el “blanqueador” porque pareciera que ahora no siento, Porras dice que el adecuado no ha llegado, no sé, ni me importa, pero es raro aburrirse tan rápido.

De esas cosas uno platica con algunas personas, las personas que uno cree pueden tener las respuestas, aunque las cuestiones ni siquiera estén bien planteadas. ¿Es esto la crisis de los 20´s?


Como sea, de estas cosas habla una Ana con cabello trenzado y jersey  gris de lana, a las seis de la tarde en el Collage del andador Constitucional de la pequeña y fastidiosa Toluca, porque cuando pareciera que me estoy portando mal, curiosamente, termino en este sitio. La misma Ana a la que le pesan cañón las Jeep. ¿Por qué nadie me dijo que estas botas pesaban tanto?




¨Pic. Icepopsicle de J. Díaz

sábado, 8 de julio de 2017

Los hombres y sus mujeres de páginas pasadas



Desnúdate Catalina, pero hazlo esta noche, porque en un rato me habré aburrido, las esferas esmeralda se romperán y entonces sólo podrás recoger trozos de cristal.

Desnúdate Catalina que la noche se nos escapa siempre, y con ella la dama favorita, esa que a los doce años parecía sólo tuya o mía pero que resulta ser de todos, la Luna. La tuya.

Desnúdate sin cenizas, porque no soporto tu aroma a tabaco, desnúdate sin precedentes y sin esperar que te responda tu amor con el mío.

Siente el sabor, que será de las últimas veces que te regale mi piel de canela, de las últimas mi Catalina; que será de las últimas veces que te digo que te adoro.
De las últimas que te pongo alas de ángel y flores de virgen.

Tu resplandor, Catalina, es intermitente a partir de hoy, las que fueran tus mejores armas se me olvidan. Tus besos. Tus abrazos.
Canta Catalina para que te guarde por siempre en esta memoria que es la mía.

Golpea mi ánimo, mi felicidad, que ya no tengo, que se robaron tú y él, sálvame del limbo de tus besos, de lo que eres.

Sálvame porque si a partir de esta noche de primavera te olvido no existirá motivo para seguir, y qué hago con estas palabras que siempre me han revoloteado sin remitente, qué sino dártelas en papel de regalo y listones de seda, tú bendita, tú casta, tú preciosa y pura, musa nuestra que me arrebata a quien más quiero. A mí.

Te amamos sin medida, te amamos porque no tenemos otra opción, pero si hoy dejo de amarte, y no es que te odie, no puedo; pero si esta noche terminas, qué queda, qué mi margarita, la nada, el vacío, ni tú, ni él, ni yo, ni nosotros, él y yo amándote a ti Briseida del más azul de los mares.

Desnúdate Catalina que la noche cuenta las mismas mentiras de siempre.


Tu resplandor, es intermitente a partir de hoy; las que fueran tus mejores armas se me olvidan. Tus besos, tus abrazos.  



Il. de Frederic Forest

viernes, 7 de julio de 2017

Kind of bland


Este amor me está haciendo todo menos fuerte, me confunde y veme, estoy en una neblina de hastío y ansiedad.

Es porque eres de un marfil hermoso y elegante, pero también lejano, tus cruces de madera cruda en medio del peñasco, tus enormes rocas, tus olas de mar, la sal de tus labios, el sol de tus ojos, el azul de mis días que son tan vivos, tan frescos, todo cansa.

Qué es lo que esperas de mí, si a tu pregunta ¿tú qué podrías darme? Ya te contesté que nada, mi insolencia no llega hasta fumar cigarrillos con aires de femme fatal levantando la ceja, estoy A-BU-RRI-DA. 

Dime algo para recordarte, porque cada día contigo es un bostezo, cada mirada tuya nos aleja y el interés por ti es mutable, triste, frágil.




Foto de R. Pérez 

sábado, 1 de julio de 2017

En verano

Para leerse con Alt-J (∆) – Matilda



¿Todos sienten este miedo o es exclusivo de los opacos?

¿Todos pueden sentir la proximidad de su desasosiego?



Jimbo mira  por la ventana, como sus dos hermanas, los tres acariciando ese mal metálico. Su padre los observa por el retrovisor: tres chicos tristes que para él son sólo tres chicos, porque la palabra tristeza no se encuentra en su vocabulario, aparte es un invento de la sociedad de los países de primer mundo, ¿Ay Jimbo, crees que estos niños que no tienen para comer se ponen a pensar en que la tarde es melancólica?… la pirámide de Maslow, necesidades básicas y así.

De cualquier modo él no entiende, pero vamos, ni siquiera ellos lo hacen, qué les duele, qué se les rompió; es el verdor insoportable del verano o la humedad causada por la lluvia. ¿Nacieron quebradizos o en el camino algo sucedió?

Su madre ni sospecha este mal generalizado en sus chicos, el paisaje es hermoso, ¡cómo no van a mirar por la ventana! Y ellos… pues miran por la ventana, ya no buscándose, sólo acariciando la confusión que les ronronea en las piernas; se angustian, se desconocen.
Lloran y gritan con el más casual de los silencios, la implosión termina en la destrucción y reconstrucción del universo, día y noche, en la habitación, en el sanitario de la escuela, cuando nadie mira en la oficina, ahorita mismo, en el auto.

Ni el jugo verde, ni las tisanas de jengibre y rosa de Castilla han servido para despejar los miedos y la ansiedad. Amarilla mostaza, fuerte, hermosa, creciendo cada día.

Caminan los fines de semana en pijama por la espaciosa casa, con el corazón cómo mar picado, temiendo no saben con precisión a qué, quizá a la tarea, a los amigos, al trabajo, a la soledad, a la incompetencia, al valemadrismo, a los padres ausentes, al amigo que les gusta a fuerza de verlo tan seguido, al amor frustrado porque es un pésimo momento para enamorarse, al dolor de cabeza.

Ven su reflejo en la ventana, los árboles, el paisaje con sus claros y oscuros, cierran los ojos, respiran como para tomar fuerza.

La tarde es un montón de cristales

Se tranquilizan con el sonido del agua, con el rocío 


Ilustración de Henrietta Harris