La naturaleza de las sirenas es efímera, escurridiza,
Sutil y dulce su canto
Besan, te besan, y van de vuelta al azul del mar donde encuentran goce al ser uno con el agua.
Juguetona, la sirena se fue, pero el capitán no se quedó a mirar cómo se iba,
Había que continuar en la proa del barco, a la guía de la primera estrella de la mañana, y Venus, en su misericordia le mostraría redención.
Y el mar y el cielo, en sus grandezas, apaciguarían el adiós.