domingo, 10 de junio de 2018

Helado

Mi recomendación es para leerse escuchando Do without de Angus and Julia Stone, mientras comen su avena con salvado, leche y miel, pero pueden hacer lo que quieran.








Iba a empezar diciendo que llevo dos días sin tomar café, pero recordé que ayer tomé una taza, entonces creo que ya no puedo empezar de esa manera, tampoco puedo escribir mis puerilidades de “cerrar ciclos”, porque el tema se ha vuelto una insanidad insoportable y un tema cliché desagradable y aburrido, ni de mi cumpleaños porque… bueno, ya pasaron dos semanas y vamos, muchos olvidaron felicitarme, solo Dani la amiga de Mar me dio una tarjeta bonita y es un día casi normal.


El día de ayer cené, después de muchas ocasiones fallidas, con el amazing Javo, creo que ya puedo decir que de los amigos que tengo es uno de los que más me hacen reír y uno de los más divertidos. Me encanta porque generalmente con mis amistades tengo triángulos en los que las otras dos personas involucradas son tan símiles que, por ejemplo, todo lo que piden  es igual, en la Condesa de Juan Álvarez Sandy y Perli siempre piden el black forest, yo no, Ale y Víc solían pedir cosas parecidas, también, igual que mis hermanitos, es como un triángulo en el que de algún modo no eres tan parecido, por supuesto no quiero decir que quiero menos a mis dos mejores amigos o a mis hermanos, sin embargo sucede con Javo que a la hora de pedir pizza, aunque ya sabía que éramos medio parecidos (súper poquito), coincidimos en los sabores, hawaiana y cuatro quesos y me moría de risa porque es muy divertido coincidir, por ejemplo con aquello de que la gente aparte de odiar la piña, la odian en la pizza, primero yo amo la piña y en la pizza me gusta, pero no entiendo cómo se puso en boga aquello de odiar la piña en la comida… hay comida dulce, y bueno, así empezó la cena, eligiendo los sabores de la pizza, después pasamos a los temas místicos que con muy pocos se hablan, porque son tabú, me gusta de Javo que es escéptico y muy curioso, también tiene un sentido común de envidiar y es muy listo… básicamente lo odio (broma). Entre muchas de sus curiosidades resultó que tiene problemas  con el vino entonces terminé tomando mojitos, aunque no me gustan tanto, porque obviamente no me iba a tomar una jarra completa yo sola. Por cierto no entiendo cómo a la gente le gustan los mojitos, son muy… simples.


Salieron un montón de cosas divertidas, y otras no tanto, las crisis de los veinte, los desamores y los kilos de más nunca son divertidos, pero aparte del pasillo de nuestras ansiedades y temores, un disco de post-cumpleaños y la gabardina que dejé en su casa el día de su cumpleaños ¡hace un año!, la conversación fue de las mejores que últimamente he tenido, y me gusta porque se puede hablar de casi todo con él, de cómo mi coworker le tiró la cerveza a la bolsa de regalos de mi  jefe en Expo pack (Esther, si estás leyendo esto me disculpo pero de todos modos sabes que ese día morí de risa), de mi corazón roto, de su cita casi fallida, de los trabajos, las crisis creativas, las sombras que vemos en las casas de nuestros amigos, sus otras vidas, comer carne humana, ¡qué asco!


Bueno, cambié de opinión, sí tocaré las insanidades, porque es mi blog y soy muy odiosa; sé bien que eso de “cerrar ciclos” es una cosa horrible, más si la información con la que cuentas para hacerlo es muy poca y todo queda en suposiciones tuyas, eso no lo hagan, solo utilicen la información que tienen, las suposiciones pueden matar, bueno, sé eso, sé que anímicamente no estoy tan bien, aunque vamos ¿quién lo está? (les sorprendería la respuesta, hay mucha gente sana, perfecta y con vidas perfectas, y qué trágico); me estoy desviando, como siempre, mi punto es que a pesar de que una persona tiene sus cosas en qué pensar, las gomas de obsequio que jamás llegaron o sus últimas dates que quizá no fueron tan fructíferas, etc., de repente una plática es estimulante, es divertida, y buena para ti, porque piénsenlo, a cuánta gente ven, con cuántos platican, a qué personas besan, sin conocerlos, sin hablar, sin reír, apenas tocando con las puntas de los dedos (o de sus lenguas) una mente que quizá esté vacía.


Me quedan algunas dudas, ¿es cierto que los hombres son gorilas que no se dan cuenta de nada?, con base en ello y por la evidencia de mi último desastre sentimentaloide ¿entonces yo soy el gorila?, ¿un ingeniero puede tener las emociones de una jovencita berrinchuda de secundaria?, ¿tanto los chicos como las chicas son estúpidos, ellas por nunca decir nada y enojarse cuando les mandan este emoji J y ellos por mandarlo y bueno por ser… gorilas?, ¿sus novias se han indignado con ustedes porque sueñan que las engañan?, ¿han visto fantasmas?, ¿les duele el estómago cuando cenan helado? porque yo lo hice y la plática estuvo increíble pero el dolor de estómago no.