domingo, 1 de octubre de 2017

No te llamas como dices

Para leerse con Faculty of Fears de Lightspeed Champion




Chula, ¿no decías que te valía madres y que te amabas y que no estabas seduciendo a Carlos? Es que estoy fumando y te veo ahí sentada en crisis porque una persona te llama mentirosa, ¿pues no que no mentías?, me encantas mientras te miro los lunares, las lunas y los ojos. Mentirosa.

¿En el estómago? Mi amor, la crisis, el ácido clorhídrico burbujeante, antídoto de las mariposas o esos bugs que te salen en el vientre, hasta dudo que te llames como dices, tiemblas y haces memoria de cada acto... y sí, qué más da, colocar un manto de seda a la escultura desnuda de mármol no te quita la certeza de su desnudez. Sí, eres una mentirosa, y es la primera vez que lo aceptas, ya dilo,  así como te las arreglas con los: me gustas, ahora sé el vaquero que presumes ser (porque aparte de mentirosa, eres un fantoche, el mejor fantoche, dice Axel…) y dilo.

En medio de la crisis de los 20´s, o tu montón de pretextos, toda la tristeza y ansiedad contra la que lidias, creíste que el cariño te podía hacer fuerte, y te vi intentarlo, llorar en las noches por el cansancio y la frustración de los días comunes, queriendo atacar esta enredadera por las flores, no por la raíz.

Y mentiste con dolo, sabiendo desde el principio que no ibas a poder, así seguiste, así dijiste nos vemos la siguiente semana, y aunque tenías en mente que la siguiente semana llegara, ya no pudiste.

Eso en la historia de todos ellos. En la tuya cariño, te me antojas una mujer valiente, tu estupidez coronada con flores es un acto de sinceridad; cuando todo señala que ellos son "el indicado", con quien debes estar y que si dices que no, te vas a equivocar, cuando esto pasa, a sabiendas de toda la insanidad, decides terminar con las rosas, las hojas, las ramas y las raíces.

Mentirosa, deliciosa, fruta.
Me encanta tu piel de canela y chocolate que confunden con leche y azúcar, tus labios de durazno que mienten, que mienten pero no se mienten. Qué bueno que aceptas la verdad.

Mentirosa. Maldita, contigo nunca se sabe si estás mentando la madre o seduciendo, ya lo decía Carlos, y en efecto, contigo nadie sabe; tú sí, mi querida, tú lo sabes, sé valiente.


Después de la crisis, nada importa, lo único que quieres es tomar un baño de leche tibia, flores y azúcar, y hundirte en el sopor del vapor endulzado; es que todos los zapatos son incómodos, los vestidos, inapropiados, los enamoramientos, complicados, y a ti los conflictos no te van.







Ill. by Sara Herranz 

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