Para leerse escuchando Ghosting de Mother Mother
Todas las pretensiones
y caprichos salen de tu ombligo.
Mis berrinches e inseguridades
de tus hombros suaves.
Mis temores, de esos ojos, de esa boca que besa arrebatando la vida, mi vida.
Dijiste que tu estandarte era la libertad, me pediste
que fuéramos amantes porque era tu manera de querer, y tengo la sensación de tenerte como el aroma frutal de la
tarde, apenas un segundo en mis brazos hasta que desapareces en el aire.
Dices que no es que no puedas quedarte, es que no
quieres, mujer de flores blancas y hojas verdes, nunca estás por completo. Las estrellas,
la noche, esta luna insoportable, todo me enfada por ti.
Tomo tu mano, beso tu cuello, miro tus ojos pero tengo
la certeza, por mi paranoia, de que tus pensamientos están lejos. ¿Qué piensas?,
¿qué miras?, ¿qué quieres?
Esta tarde, como todas, es tuya, ya nunca me
pertenecerá alguna, mi desamparo radica en querer meterte en este frasco y
llevarte conmigo para siempre, pero, a menos que sea una metáfora, niña mía,
cómo meto luz aquí. Entonces camino detrás de ti, miro cómo ves las
ventanas, los árboles, cómo te maravillan los colores, mi sonrisa. Miro el
cabello que se te escapa de las trenzas que colocas alrededor de tu cabeza y se
acerca a tu cara, a esos labios. Miro. Te miro (mírame mujer).
Lloro por dentro, es un llanto dulce. Todo este sabor tuyo, qué hare si un día…
Lloro por dentro, es un llanto dulce. Todo este sabor tuyo, qué hare si un día…
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