¿Te acuerdas cuando lo eras todo?
El aire que faltaba, 
La muerte que dolía
El vientre que sangraba.
Yo sé que no la extrañas, yo tampoco
Le lloro de vez en cuando, si la recuerdo, 
Tú y yo la matamos, 
Tú porque nunca la quisiste 
Yo porque no tenía elección.
Por eso tú no llueves 
No la extrañas 
No la invocas  
Y está bien 
Que no le lluevas 
No le extrañes 
Y no la invoques, 
Tú y yo la matamos.
A estas alturas han salido grandes y azuladas hojas en su tumba 
Todo es verdor y aires nuevos 
El aire ya no está triste 
Tú nunca la quisiste 
Y yo, ya no te quiero.
Nació para ser un destello 
Fugaz, delicioso y caótico 
Y le quitamos la vida 
De tajo 
En frío, sin aviso. 
Los hombros dejaron de brillar, 
El pecho dejó de latir.

