lunes, 18 de noviembre de 2019

Los vampiros en abril y en noviembre













Cada uno de tus días es una lucha sangrienta que peleas contra un recuerdo,
Pareciera que eres el bosque, sin serlo
Pareciera que eres el arroyo, y nunca lo fuiste
Pareciera que eres el sol rosa de la tarde y jamás lo serás.


Van los vampiros alimentándose de mariposas
En la noche, hablan, sonríen y besan.
En el día nadie sabe si existes, cuentan las leyendas que sí, pero nadie lo sabe.


Danzan los vampiros entre los panteones funestos
Danzan los pasos del amor ante la luna, un testigo que se cubre los ojos
Danzan hasta el paroxismo y en ese borde se retoman a sí mismos,
de donde nunca salen y de donde jamás podrán salir,
nocturnos, eternos.


Sé que cada vampiro esconde un secreto,
Tú lo escondes
Cuando me miras,
Cuando me hablas,
Cuando sin decirme que sufres, sufres,


Sufro una eternidad que no me corresponde, más que como efecto colateral.
Me pesa la vida eterna que no va a ser mía
Me pesa la falta de sangre, de vida, de luz
Me pasa y no me pertenece.


Sufro la ausencia de latidos,
La mentira montada con elegancia y toda la burla de un bufón
La sátira, la estupidez


Qué falta de sutileza ante tanta elegancia,
Qué vida más vulgar y mediocre.
Ni todas las arañas, ni todos los roedores te harán justicia…
Aun así, tu pulcritud… qué insania.


Te conocí sólo para estar consciente de tu ausencia
de esa naturaleza inentendible y a contraluz;
nací para saber que te perdía
que me correspondía tu desencuentro,
para ver cómo te escapabas de mi vida
para sentir a mi corazón batirse a duelo consigo mismo.


Atestiguar y escribir… ya nada importa
ni las flores, ni la naturaleza, ni nada.






P.D. el escrito es de abril por eso el título, pero bueno, los vampiros son lo mismo en abril que en noviembre...

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