domingo, 5 de noviembre de 2017

Carta de un Delfino, olvidada en un libro de café

Para leer escuchando Cool with you de Her´s








Muero por ti, mujer.


Eres el demonio que se ha apropiado de mi cuerpo y desconozco tu nombre, es todo lo que quiero, es todo a lo que aspiro, a saber tu nombre, pronunciarlo y terminar con esta fiebre y este dolor.


Vi correr tu virginidad entre las sábanas de una habitación blanca, desde entonces esta parte de mi cuerpo ya no es de mi jurisdicción, toda la luz, las estrellas y los sinsabores son tuyos y no me pertenecen.


Vi la luz que se esconde bajo tu falda, probé la fruta envenenada de tus labios, y mi mente se volvió organdí que voló con el viento.


Vi la maldad en tus ojos y tus verdes hojas crecer, el rocío de la mañana descomponiendo la luz y tu cuerpo acercándose a mí, lentamente, para robar el beso que después habría de pagar con la escasa cordura que me quedaba.


Sé que soy un mal amante por querer saber tu nombre.

Me encantas en la mañana y en la noche, aunque este amor se vuelva insoportable.

Necesito tu cintura, levantar tu falda, tocar tu cabello, sentir cerca ese aroma a vainilla y bombones, besar tus labios traidores que no me pueden querer y a los que les basta un fin de semana lejos para poderme olvidar.


Necesito tu mirada inquisidora, tus rarezas y tu risa de estrella, de luz, de sol, mía, niña. 




Ill by Carla Cascales 

1 comentario:

  1. Me encantó la métrica del poema; poco usual insinuante y rigurosa almmoneto de categorizar; excelente trabajo Mich!! Eres mi escritora favorita, no tenes a los despectivos comentarios sobre el tema tan rígido que es la sexualidad y la intimidad (según la sociedad verdad)

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