domingo, 23 de diciembre de 2018

Su nombre














Mi mañana gris, mi debilidad de frente pálida.
Sé que en ti vive un demonio negro, el que se pasea en tus entrañas.
Cada día es un pesar, una molestia, una falta de sangre en las mejillas.


Mi cardo azul de naturaleza torcida
Mi estrella, mi noche helada.
Se extinguió tu salud de ninfa y te volviste la enfermedad entre los bosques.


Y paseas entre los ciruelos y el silencio
Y nos cubres con tu manto
Con tu piel divina
Con tu abrazo y con las lágrimas de tus pecados.


Este amor maldecido, nuestro.
Se vuelve una estrella, en la noche, en su cielo.
Santifico tu piel, tus lunares, tu nombre.
Y con cada mirada, me cubre tu reino.

Me llenas de terror, y aunque nos congela tu veneno,
Hágase tu voluntad
En la luz descompuesta, en este infierno y en el cielo.


Camino detrás de ti y suena la música más triste
Tú no tienes voz, pero lo inundas todo
Te persigo y jamás te alcanzo
Te esfumas entre los fantasmas viejos de los cedros
Y tu amor me consume
Tu brillo, tu fugacidad, me enferman
Tu ausencia me horroriza


Suena la música más triste...
Tú, sin tener voz, me estás matando










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